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Entrevista con arte a CAROLINA MONTILLA

  • Alonso Espartero para Flamenco on the road...USA
  • 1 abr 2017
  • 3 Min. de lectura

En esta ocasión, mi cita para entrevistar era con una joven española que lleva viviendo varios años en los Estados Unidos, más concretamente en Nueva York. Esta es una entrevista que se desarrolla durante, prácticamente, toda una tarde y con varias localizaciones de Manhattan.

Carolina es una castellonense de nacimiento y andaluza de corazón que ha estudiado el Conservatorio de Danza con especialización en Flamenco que, un buen día, hace ya varios años, decidió meter todas sus ilusiones, arte y experiencia sobre escenarios en su maleta y venirse a Nueva York a vivir y a trabajar. Quedo con ella en el pintoresco bar “The Trailer Park Lounge&Grill”, en la 271 W. 23rd St., un sitio más que pintoresco y auténtico neoyorkino, donde decido sacrificar algo de calidad de sonido a cambio de sonido ambiente auténtico de un bar neoyorquino, puesto que este proyecto trata de reflejar las entrañas, la verdad de la realidad que viven los artistas. El local está lleno de reminiscencias del pasado de películas, hawai, Elvis Presley, incluso una roulotte en el interior, una auténtica Juke Box y un sin fin de iconos de aquel país.

Carolina llega y es una chica rubia de ojos claros. Tiene una apariencia absolutamente californiana y tras charlar un poco sobre mi proyecto y una muy americana hamburguesa con patatas nos disponemos a realizar la entrevista. Desde el principio, la bailaora se muestra a al vez nerviosa y a la vez centradísima. Sabe lo que quiere, sabe a qué se dedica, sabe donde está, es consciente de lo duro que es trabajar en el mundo del flamenco en USA, pero sin embargo se le ve llena de fuerza y ganas por triunfar.

Hablamos y hablamos largo y tendido en una más que interesante conversación y empiezo a tratar de desenmarañar tanta información controvertida que me voy encontrando en Estados Unidos relacionada con el Flamenco. Es muy interesante la charla off record, lo que trato acto seguido de llevar ante la cámara. Hablando con alguien que lo vive a diario y desde dentro te das cuenta de lo difícil que es vivir del flamenco en esa tierra. Hay mucho “con lo” que luchar, pero también, mucho “por lo” que hacerlo. Me cuenta lo que le costó hacerse “su hueco” allí, en esta disciplina del baile tan ¿¿¿nuestra”??? y cómo hay que luchar contra otras disciplinas más extendidas entre el público de a pie, como es, por ejemplo, la Salsa a la hora, ya no sólo de actuar, sino también para dar clases, donde el número de alumnos/as es sensiblemente menor.

Continuamos la entrevista en un edificio privado con zonas sociales en el centro de Manhattan que, muy amablemente, nos cede una amiga suya (en la 23 con la 6ª). Ya más distendidos y Carolina más cómoda ante mi objetivo, me cuenta sus inicios en el baile cuando era tan sólo una cría, sus metas, lo que le llena, y no puedo dejar de sorprenderme por el brillo de sus ojos cuando habla del Flamenco. Es una mujer muy madura para la edad que me dice que tiene. Tiene los pies en el suelo y es consciente de su apuesta por abrirse paso en el mundo del Flamenco en Nueva York. Se ve de lejos que es una luchadora, cosa que se transmite en su discurso de una forma clara.

Quedamos otro día para fotografiar y grabar una clase suya a alumnas norteamericanas en la Academia RYTHMOLOGY, situada en Westbury (New York), para lo que tengo que coger un tren y desplazarme. Ya allí, la veo enseñando nuestro arte a mujeres nacidas a un océano de distancia de nosotros y puedo observar en directo como el Flamenco trasciende fronteras y como despierta el interés en todos los rincones del mundo. Todas estas experiencias y ver, hablar y conocer personalmente, tanto a profesores y alumnos, así como directores de academias, etc me hace tener una visión más personal y real, de primera mano, de cómo late el Flamenco en los Estados Unidos, fundamento de mi trabajo Flamenco on the road…USA y, de esta forma puedo trasladárselo al público de una manera más real, más SINCERA.

Nos despedimos y dejo a Carolina dar su siguiente clase, mientras que yo cojo de nuevo el tren rumbo a Manhattan, donde estuve alojado 9 días y ya pensando en las preguntas de la siguiente entrevista, porque puedo decir que el Flamenco tiene buena salud en Nueva York y los Estados Unidos en general.

Gracias Carolina.

Frase con la que me quedo: “No es tan fácil abrirse puertas aquí y la gene tiene miedo como a que vengas a quitarle lo que tiene conseguido…”.

Para ver la entrevista completa:

Si quieres contactar con Carolina Montilla: https://www.facebook.com/carolinamontilladancer/?fref=ts


 
 
 

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